Mi patria está en tus ojos, mi deber en tus labios.
Pídeme lo que quieras menos que te abandone.
Si naufragué en tus playas, si tendido en tu arena
soy un cerdo feliz, soy tuyo, más no importa.
Soy de este que eres, mi solar está en ti.
No quiero otra corona que el laurel de tus brazos.
Gabriel Zaid
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